Un procedimiento de ordeño bien ejecutado depende del buen ambiente, el equipo y el cuidado de las ubres. Si hay deficiencias en cualquiera de estas áreas principales, el riesgo de que aumente la tasa de mastitis es mucho mayor.
Sin un buen procedimiento de ordeño, la vaca no tendrá una buena bajada, lo que afectará negativamente la eficiencia del ordeño y la comodidad de la vaca. Además, un procedimiento deficiente en la limpieza dejará bacterias dañinas que podrían provocar un aumento de los casos de mastitis.
Cada vez es más común que las lecherías se salten el proceso de ordeño manual debido a limitaciones de tiempo percibidas. Esto en realidad causa una bajada y salida de la leche más lentas, ya que la extracción también es cuando se verifican los signos de mastitis. Eliminar este paso clave dificultará la detección temprana de problemas y terminará costando más dinero y tiempo a largo plazo.
En este caso, la prevención es mejor que una cura. Al mantener un buen ambiente, equipo y cuidado de las ubres, la tasa de mastitis disminuirá, lo que resulta en una operación más eficiente y rentable.