Mar 25
Es imposible contar la historia de Betty Amadío sin mencionar su historia de superación. La hija de productores rurales, veterinaria y administradora de la finca El Totumo en San Carlos, Estado Cojedes, Venezuela, ha enfrentado grandes desafíos, pero nunca ha renunciado a su propiedad ni a su rebaño de animales Nelore y Brahman.
La ganadería ha sido parte de la vida de Betty desde sus primeros recuerdos. “Mi padre trabajó como ganadero toda su vida y yo siempre lo acompañé en la finca. En mi infancia, todas las vacaciones y días festivos se pasaban en la propiedad. Aprendí muy pronto a respetar la naturaleza y amar a los animales”, dice.
Hoy, es Betty quien administra la finca, pero el camino no siempre ha sido fácil. “Hace mucho tiempo fui víctima de un secuestro que duró 40 días. En otra ocasión, mi madre también fue secuestrada, y sabemos que la razón está relacionada con el hecho de que nuestra familia tiene un vínculo con la ganadería”, recuerda la veterinaria.
Más recientemente, la productora también se ha enfrentado – y aún enfrenta – la difícil situación económica por la que atraviesa su país. “Actualmente, ser ganadera en Venezuela es un gran desafío. Hay una gran escasez de combustible, por lo que tenemos dificultades para conseguir lo suficiente para mantener las máquinas en funcionamiento”, dice.
Betty es una de las muchas mujeres que equilibran la vida familiar y profesional. La dedicación al trabajo se divide y complementa con la dedicación a sus cuatro hijos. “Cuando nacieron, tuve que dedicarme al 100% a ellos. En el mundo de hoy, esta es una de las diferencias entre hombres y mujeres. Creo que las mujeres estamos ganando cada vez más espacio en el sector, solo hace falta un cambio de viejas mentalidades ”, evalúa.
Y su espacio fue conquistado con mucho mérito. Además de productora y veterinaria, Betty también es tesorera de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga) – una de las pocas mujeres que ocupan cargos en la entidad – y miembro de otras asociaciones del sector.
A pesar de pasar por tantas dificultades, Betty continúa su vida con optimismo y una sonrisa en su rostro. “La verdad es que tenemos un país maravilloso que sin duda saldrá de esta fase más fuerte y unido. En cuanto a nosotros, seguimos creando nuestro rebaño, buscando siempre mejorar la genética y vender los reproductores de la mejor calidad”, comenta.
Genética para crecer. Y, cuando se trata de genética, la presencia de ABS es fundamental. “El material genético de ABS es de la más alta calidad, nos ayuda mucho a mantener la productividad alta y potencia la mejora genética de nuestro rebaño”, comenta Betty.
Betty y su hermano ya han actuado como distribuidores de ABS en el país, contribuyendo a que la mejor genética del mercado llegue al mayor número posible de productores. “ABS ha mejorado la genética de nuestro rebaño y también ha mejorado el acceso de los ganaderos a esta genética. Es una contribución muy importante”, concluye.