Sep 8
Durante siete décadas, el noveno mes del año ha estado marcado por la valoración de dos pilares de la economía argentina. Desde 1944, el 8 de septiembre se celebra el Día Nacional de la Agricultura y del Productor Agropecuario. La fecha conmemorativa conlleva múltiples significados que están profundamente ligados a la trayectoria y al desarrollo de las actividades agrícolas en el país.
Aunque la festividad se instituyó en la década de 1940, su historia se remonta a mediados del siglo 19. El 8 de septiembre de 1852 se formó oficialmente la primera colonia argentina dedicada directamente a la producción rural. En ese momento, los 1162 colonos de nacionalidad suiza tomaron posesión de una parcela de tierra designada por iniciativa de Don Áaron Castellanos, colonizador y militar argentino.
Este hecho histórico tuvo lugar en la ciudad de Esperanza, ahora Provincia de Santa Fé, donde hoy se encuentra la oficina de ABS Argentina. Desde la época colonial hasta el presente, las fértiles tierras de la región han dado buenos frutos, han generado ingresos y productividad y han ayudado a alimentar al mundo. Hoy, la provincia de Santa Fé tiene la segunda economía más valiosa del país, representando el 8% del total de Argentina. Además, el área representa un importante centro para la agroindustria.
Según el gerente de Producto Leche de ABS Argentina, Pablo Argoytia, es fundamental reiterar que la producción agrícola es una de las bases de la economía nacional. “La producción de los alimentos agropecuarios es muy importante para las exportaciones del país. Argentina es líder en el mercado mundial de granos y también se encuentra entre los primeros en producción de carnes, leche, miel y lana”, comenta.
Y es obvio que un sector tan poderoso no podría construirse sin el liderazgo de trabajadores dedicados y calificados. A través de su vida cotidiana en el campo, los productores rurales fomentan el desarrollo de una agricultura aún más eficiente, productiva y moderna. “Son muy importantes porque están a cargo de producir los alimentos para el consumo de la población y generan gran cantidad de puestos de trabajo. Muchas familias dependen de la producción agropecuaria”, puntúa Pablo.
Además, la resiliencia e iniciativa de los productores rurales son rasgos sobresalientes, especialmente ante los desafíos, como refuerza el gerente de Producto Cárnico de ABS Argentina, Fernando Amondarain. “Brindan un aporte social constante e incansable, en sus tiempos sorteando dificultades climáticas, de escases de recursos, y riguroso trabajo. En la actualidad esas dificultades son diversas y de diferente origen, pero no menos complejas”, dice.
ABS se enorgullece de ser parte de este sector, trabajando todos los días, de norte a sur, para apalancar los resultados de la cadena productiva y apoyar a los productores argentinos. “ABS ayuda constantemente a los productores a buscar animales que sean eficientes para sus sistemas de producción. Ofrece a los productores lograr rentabilidad a través del progreso genético de sus animales utilizando las herramientas más innovadoras del mercado”, concluye Pablo Argoytia.